miércoles, 23 de noviembre de 2011

Dínamo Danzas  



A horitas de bailar por primera vez en un escenario con ellas: 

 Comparto mi testimonio que cada una tuvo que escribir para "desnudarse" al entrar al grupo y narrar un poco que fue lo que la trajo allí, porque bailar no se trata de "decorar" el espacio, ni es un recurso para las demás artes: "la danza es la vida en un nivel superior"


A ver, recapitulémosme. Sobre mi nacimiento, digamos simplemente que un día el mundo, por fin, estuvo preparado para mi: nací una madrugada de marzo, exactamente 1 año después de que muriera mi “hermanito” que solo tenia 3 dias de vida, se llamaba Alexis, de ahí mi segundo nombre: Alexia. Está esa historia de que el médico al yo nacer dijo: “es sana, pero esta muy loca” porque gritaba mucho -¿como si hubiera estado encerrada hace 9 meses quizá?- y, esta otra de que, cuando mi mama me fue a buscar a la nursery no me encontró, -me habían separado de los demás bebés porque hacía mucho ruido y los despertaba-. Y si! ¡Mirá si el primer dia de mi vida me la voy a pasar durmiendo! De mi infancia recuerdo un olor, un color y un sonido: pasto mojado, el amarillo y la risa. Creo que mi mayor intento  por negar la realidad estuvo precisamente allí, en la infancia: hablaba en un idioma inventado por mi misma, bailaba desnuda por ahí, hacia perfumes con las flores del jardín de mi abuelo, era todos los días un animal distinto, dibujaba siempre el cielo en el mar y el mar en el cielo y el sol nunca estaba separado de la luna. Mi cuento favorito era la Sirenita (porque era una tragedia y porque si había una cosa que yo quería hacer en la vida era vivir en el mar, en la paz y la magia de ese mundo subterráneo y libre) y padecía de fobia a las monjas (cosa que hasta hoy sigue ocurriéndome, si: me cambio de vereda si una pasa, no tengo idea de porqué) Hay quienes dicen que escribía antes de aprender a leer, yo no lo creo. Pero lo que si es verdad, porque lo recuerdo, es que faltaba por lo menos dos veces por semana al colegio para escribir en mi cuaderno. Eran historias fantásticas con ilustraciones, todavía lo conservo. Apenas terminaba un cuaderno inauguraba otro y así fue como quizás empecé a entender que la realidad estaba ahí: en lo imaginario. Creo que de todos mis hobbys la escritura fue el que más perduró, hice ballet, teatro, handball, hockey, piano, natación (llegue a hipocampo, nada más. Pero, ¡para mi era todo un honor!, porque creía que llegar a ese nivel te habilitaba a andar en hipocampo por el mar - despues en biologia me enteré que medían 5 cm de largo y creo que esa fue mi primera frustacion), estudie 6 años dibujo y pintura en un instituto donde la profesora decía que “éramos pintores renacentistas porque copiábamos”, supongo que algo habré aprendido, me dieron un título pero como me diría un profesor años más tarde: “lo que tenés que aprender a copiar es tu mente”. Socialmente fui siempre un bicho raro, tan raro que ni a los demás bichos raros parecía caerles bien. Pero creo que, más alla de eso, la gente me recuerda como una persona lúdica porque siempre buscaba cualquier ocasión para divertirme y hacer reír a los demás con algo absurdo. Creo que todos esos intentos por reinventar mi inocencia cada día eran una manifestación de algo más oscuro: había madurado demasiado rápido. La separación de mis padres y una relación medio perversa con mi padrastro me obligaron a crecer y perder ese lente de fantasía con el que miraba la vida. Adopté otro: el de la melancolía. Fue la época en la que mas escribi y en la que comencé a interesarme por la filosofía. Gané un par de olimpiadas, me fui a mar del plata, conocí mas bichos raros como yo, me enamoré de un chico que le tenía miedo al sol, me escapé de la casa de mis padres: cosas que todo el mundo alguna vez hace en la vida, si lo necesita, no? Pero ¿saben que? Nunca pude escapar de mí. Me sobrevuelo constantemente, mis poemas siempre de alguna u otra manera hablan de mi, tiendo a buscarme en las pupilas de la gente con la que hablo, veo al amor como una forma de estar en el otro para descansar un poco de mí misma. La escritura es aún un arte demasiado intelectual. De ahí que elija la danza: Es un espacio de encuentro, de reconocimiento de mi propio cuerpo del que siempre tuve mucha curiosidad, de dejar explotar esa energía que tenemos guardada, en una forma bella. Y es increíble como sin decir una palabra se puede decir tanto. Por fin un arte en la que “¡no hay que pensar!”- me dije-. Claro que hay que pensar pero una vez que uno incorpora y forja esa voz que dirige el movimiento la cosa es más sutil, mas espontánea.  Fui un par de meses a un taller por mi casa y me maravillé, la profesora me agarro aparte y me dijo si no quería dedicarme realmente a eso viniendo más horas, haciendo clásico aparte, que era muy expresiva y que “tenia el cuerpo justo para eso”, yo no le creí demasiado, pero sobre todo, empezaba la facultad y no sabia distribuir mis tiempos para poder hacerlo. Pero con Dínamo es, sin duda diferente, me siento mas libre y a la vez muy bien acompañada.  Cada una de nosotras es un ánfora de infinitos significados que resuenan con los de otra, como si todas fuéramos cuerdas de un gran instrumento vivo. Despertó cosas que no sabia que tenia, hizo que dejara un poema para ponerme  a bailar como loca en el piso.  Recuerdo un amigo que me dijo, al contándole que andaba estudiando: “ah, estudias biotecnología y para aliviarte la existencia estudias filosofía? Ja ja!” Claro!, ingenua yo que creía que por seguir otra carrera (humanística) para descansar de la otra (científica) iba a compensar mi voracidad por el conocimiento y equilibrar mi espíritu. Lo primero creo que si pero lo segundo: Las bolas! (si me lo permiten). Filo dejo de ser un hobby para convertirse en una pasión y casi diría, en mi vida. Pero es en todo caso, una vida intelectual que no me libera del todo. Yo soy, después de todo, esto: un cuerpo y una voz. El alma esta demasiado vestida, como decía Caeiro. Y creo que la única forma de desnudarnos es mediante el arte. El arte es lo único que nos salva, que nos une, esta inmerso en nuestra más intima humanidad. Como decía dan Frank en Bohemios, “el artista carece de profesión, pintar o escribir (o bailar) no responde a una cuestión de oficio, se trata de una respiración”.

y encima somos 9, como las musas.

Así salió en el Teatro Astral este domingo: 

y así en el Teatro Maipú: 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Bastante claro, creo.  

La Maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo andaba como salido, volcado en otra figura del mundo, piloto vertiginoso en una proa negra que cortaba el agua del tiempo y la negaba.

    En esos días del cincuenta y tantos empecé a sentirme como acorralado entre la Maga y una noción diferente de lo que hubiera tenido que ocurrir. Era idiota sublevarse contra el mundo Maga y el mundo Rocamadour, cuando todo me decía que apenas recobrara la independencia dejaría de sentirme libre. Hipócrita como pocos, me molestaba un espionaje a la altura de mi piel, de mis piernas, de mi manera de gozar con la Maga, de mis tentativas de papagayo en la jaula leyendo a Kierkegaard a través de los barrotes, y creo que por sobre todo me molestaba que la Maga no tuviera conciencia de ser mi testigo y que al contrario estuviera convencida de mi soberana autarquía; pero no, lo que verdaderamente me exasperaba era saber que nunca volvería a estar tan cerca de mi libertad como en esos días en que me sentía acorralado por el mundo Maga, y que la ansiedad por liberarme era una admisión de derrota. 
Leer Rayuela es siempre mucho más efectivo para entenderte - y divertido además- que agarrar y llamarte por teléfono de una buena vez a ver qué rayos pasa:


desencuentro


La tragedia es la vida en primer plano;
la comedia, la vida en plano general.
Charlie Chaplin


De repente, enmudeciste.
No supe nada más de vos. Te sustrajiste de mí, en una evanescencia torpe. Te ocultaste, pero mal. Se te veía el vestido detrás del sofá. Yo te llamé, y vos no respondías. Qué artilugio tonto. Te busqué, te grité, te pedí. Me enredé en tu silencio semanas. Vos mirabas de lejos, de reojo. Te quise explicar, traté de entenderte, te hablé mientras aparentabas no estar. Y al final, me hinché las pelotas y te mandé a la mierda. Costó, porque aun en ese punto te hacías la que no escuchabas. Después, pasamos el final, cada uno del otro lado del otro. Y luego de insultarte de numerosas y coloridas maneras, bueno....


Sí, me gusta contar las cenizas; ¿y qué?

Nunca sabré qué pasó. Si fui yo, si dije algo errado, si fui muy petiso o no lo suficientemente alto, si estaba sucio, si hablé mucho, si hablé poco, si no te gustó un lunar, si mi imagen no correspondía con mi realidad, si te aburrí, si te enamoraste y te dio miedo, si olía mal, si fuiste vos, si simplemente estabas loca, o eras estúpida, si conociste a otro, si un auto pisó a tu perro y entristeciste y pusiste toda tu vida en tela de juicio y dicidiste hacerte hare krishna, si tuviste celos de mis rulos, si mis ideas estéticas te jodieron, si alguien que me detesta obtuvo información comprometida sobre vos y te manipula, si te llamó un ex y lo fuiste a ver, si te recordé a un ex, si te recordé a un nabo, si no te recordé a nada y te olvidaste de mí por completo, o te olvidaste solo de mi número de telefono y no me podés llamar, si te diste un golpe en la cabeza y quedaste amnésica, si te golpeaste la cabeza por boluda, y no te pasó nada pero por algún motivo religioso pensaste que yo tuve la culpa, y me defenestraste, si sos forra, y generás ilusiones en otros para joder nomás, si yo tenía mal aliento,si dejé poca propina, si no te gustó el bar, si yo me parecía mucho a un cantante snob, si tenía la bragueta baja, si alguien te dijo mentiras sobre mí, o peor, si alguien te dijo verdades sobre mí, o creíste que mi plan era doparte y sacarte fotos disfrazada de empanada para ridiculizarte en un blog, o si calculaste que vivimos demasiado lejos y que nuestra relación sería una tortura, o quizá descubriste que vivo con una mujer hermosa, o creíste que la mujer hermosa con la que vivo es bruja, y haría un hechizo que te transformaría en besugo, o tu padre en una actitud retro capuleto, te prohibió verme, o si realmente tomaste en serio ese chisme que me acusa de vampiro succionador de sangre (fue solo una vez), si escuchaste las voces difamatorias de mis ex, si fui tal vez demasiado cínico o irónico, o te cayó mal que me hubiese puesto tan triste cuando me enteré que había muerto Peña, o si fui feo



o estaba mal afeitado, o por algún azar leiste mis pensamientos y te asustaron, o porque se me notó en la cara que me pareciste muy petisa, o mi mueca fue muy evidente cuando me percaté de tu diente torcido, o si mi dentadura en estado de putrefacción te causó impresión, o si mi celular te pareció muy lindo y te dio una intolerable envidia, o si algún oráculo te dijo que debías alejarte de mí o caso contrario Macri ganaría las elecciones, o si te pareció que no estabas a la altura (no solo por ser petisa, claro) o arremetieron contra vos tempestades metafísicas, o el libro que te presté resultó tentador y consideraste robarmelo, o en una de esas porque sos sádica, y te gusta provocar sufrimiento, o tal vez



me dijiste algo muy importante, algo trascendental para vos, y yo no entendí o no escuché - quien sabe tal vez justo pasó un auto o maulló un gato o estornudé - vos te ofendiste porque no repliqué nada, o tal vez cuando hablamos de literatura ofendí alguno de tus escritores predilectos, o malinterpreté un texto tuyo, o fue muy patente en mí la cara de "esta mina no tiene idea de nada", o mi aversión por la catarsis (en el sentido de, en lugar de literatura, ser una estafa) averió tu sensibilidad, ¿o porque critiqué los blogs de amiguitos que se dejan firmas los unos a los otros con epítetos como "patético" o "infrahumano"?, o porque tengo muy poca tolerancia a la cortesía, que en tu modo de ejercerla se volvía tan pronto hipocresía, o puede ser que una secta de monos te haya secuestrado, o un ejército de enanos cebados te retengan para sacrificarte en yo que sé cuál será el proximo ritual que celebren, o quizá el gran cuñado te tiene muy preocupada, o no salís de tu casa, ni abrís la boca por temor a la gripe A, o por un trastorno de la personalidad crees que sos otra persona, probablemente Leo García, o andá a saber, te dio un repentino pánico a los semáforos (viste transformers y crees que todo puede volverse un insecto metálico), o



te embarazaste y te da verguenza, o engordaste y te da verguenza, o perdiste la facultad de pronunciar las eses, y te da verguenza, o estás haciendo la cola para entrar en el próximo gran hermano, o estas entrenando para competir en las próximas olimpíadas, o estas esperando en tu casa, haciendo guardia junto al teléfono, a ver si te llama Julián Weich y te ganás un electrodoméstico, o tuviste tu debut anal y ni podés caminar, o te practicaste una auto-lobotomía y no quedó del todo bien, o estas haciendo campaña para deportar a Laport, o metiste los dedos en el enchufe y te quedó un afro que no querés compartir con la sociedad, o leíste el Código Da Vinci y quedaste impactada ya sea por tremenda confabulación religiosa, o por la sarta de gansadas que el paparulo del autor logra concatenar, o viste kung fu en un canal retro, y te inspiraste y saliste a recorrer el mundo a pata, o tenés mucho olor a pata y te da pudor tener encuentros sociales, o sos una superheroína que combate el crimen por las noches y no querés comprometerme, o tuviste pesadillas con codornices y Chiche Geldblung e interpretaste que era una codificación de que tenías que callarte de repente, o te entregaste de lleno al yogurt y ahora no podés salir del baño, o una de esas pasa nada más


que sos mala,
aunque también puede ser que consideres que yo soy malo, o más bien la reencarnación de Yago, o de Jack el destripador, o de Atila, o Judas, o Jacobo Winograd, o quizá un mago el fin de semana arrojó un hechizo sobre vos donde te convoca a comportarte como un asno, y ahora dediques todos tus esfuerzos a ahorrar dinero para comprar un asnomóvil, o te defraudó tu religión, sea cual fuese, y te convertiste al budismo, o al boludismo, o tenés algún tipo de devoción kirchnerista y oíste por ahí que decapito y meriendo ojos de kirchneristas, o un súcubo nocturno succionó tu alma y ahora sos un gólem que camina las calles frías del invierno porteño, o fuiste abducida por los alienígenas, que prolijamente dejaron un doble tuyo entrenado en comportarse como pavo, o bailabas lambada entrenando para el próximo "bailando por un sueño" y en un mal movimiento te esguinzaste una neurona, o viste mucho Lost o Lynch



y se te dió por practicar el suspenso, o no sé, a veces se me da por pensar que te gustan los jueguitos super estúpidos que habrás probablemente sacado de la cosmopolitan, o quizá esté siendo injusto, y te haya pasado algo grave, lo más grave, lo inefable, y tu conducta sea coherente con la de alguien que lidia con lo inenarrable, allí donde no hay más habla, pero más bien me parece más probable que todo se dirima en el altar más sublime de la idiotez humana, o sino capaz que te fuiste de tour con un grupo de tap, o hacés méritos para entrar en el guiness en el rubro "paparula del año", o sos espía internacional y ya me robaste todos los secretos que necesitabas, o sos asesina serial, o comiste muchos cereales y estás hinchada y con flatulencias, o te extraditaron al congo belga y ahora te dedicas a plantar rabanos, o una secta de 7 enanos despechados te raptó y te obligan entre todos a fingir que sos Blancanieves, o por un accidente manipulanado energía nuclear te volviste radioactiva, te creció un segundo ombligo, y todo lo que está a menos de 15 metros en derredor tuyo se torna inmediatemente en tonto, o te afectó mucho la muerte de Michael Jackson y no podés dejar de hacer el pasito para atrás en una suerte de chiripiorca autista, o sólo te gusta hacer de vos un misterio, y prender al otro con tu ausencia, y forzarlo al imperativo de escribir textos largos para exorcizar la incertidumbre de una repentina - y bastante torpe - distancia.


O bueno, algo parecido, o semejante, o simétrico, o complementario a algo de todo lo que el silencio deliró en mí.



No sé, no sé. Tal vez fue un poco de todo eso, o nada. Esas cosas siempre se me escapan. La clave del enigma, el motivo del tapiz, el sentido de persistir entre los días, el objeto de que alguien empeñe todas sus fichas con tanta vehemencia en ser un idiota.




(texto abandonado, por lindar con el infinito)


http://infimosurbanos.blogspot.com/2009/07/desencuentro-draft-manana-lo-sigo.html